Poema: La Entrega

Miró hacia el mar y sintió un anhelo profundo
y a la vez, el miedo a lo desconocido…..
Nunca había conocido ese mundo, y a la vez sentía que pertenecía a él.
«Sé que es mi Hogar…. ahí está mi Hogar… pero… ¿cómo es posible entrar en el mar?
No es posible desde lo que he conocido hasta ahora» pensó» … ¿Cómo puedo encontrar el camino?»
Se quedó allí, durante unos instantes, alzando aún más su mirada hacia la lejanía en la que parecían desaparecer las aguas,
y de pronto sonrió… Recordó que lo importante y esencial, siempre permanece en el corazón.
«Si escucho mi corazón y confío en él, me guiará a Casa. Sé que el Mar le habla y susurra, así que me guiará…»
Con gran y renovado entusiasmo se dio la vuelta para recoger su equipaje y así emprender este nuevo viaje.
Pero de pronto, su corazón se estremeció.
Este viaje era diferente… Quizá no tuviera retorno… Iba a dejar todo tras de sí…
Y en ese momento fue consciente de que nada de lo que pudiera llevar, le serviría en ese otro mundo…
No tenía sentido pues ir con ninguna carga…
Volvió a mirar al Mar...
Se giró y miró también tras de sí…. Suspiró…
Y en ese suspiro, dejó atrás todo su mundo,
para adentrase en lo desconocido.
Sintiendo un nudo en el estómago, y, a la vez, una profunda calma en el corazón,
caminó alegremente hacia el Mar, al que siempre perteneció