Caminar con un propósito sagrado honra el camino que transitamos. Pero más aún, caminar en Presencia

Durante años he caminado por los caminos de la montaña de Montserrat con un propósito espiritual y en silencio. Los primeros años, había una intención: dedicaba ese camino a un tema que quería mejorar, resolver o comprender… y caminaba reflexionando, pero sobre todo entraba en un estado de escucha total… a la Naturaleza, a la montaña… como si esperara de ellas en algún momento una señal, una respuesta… Esa escucha atenta me llevaba a un espacio de Presencia, paz y Unidad en el que desaparecía esa necesidad, y de forma natural, la claridad llegaba. Encontré así, una forma de soltar la mente, y entrar en un estado trascendente, en la profundidad del corazón y la Presencia 

Con el tiempo, el propósito de caminar se fue transformando a querer sentir esa entrega, Presencia y Silencio más profundamente. He seguido caminando en la Naturaleza y en la montaña, pues siempre me ayuda a profundizar, soltar, y retornar a la Unidad.

La Naturaleza nos lleva al instante presente: nos ayuda a salir de la mente y el tiempo, pues nos recuerda con su melodía la Unidad e Inteligencia que Somos. 

Nos armoniza en su Silencio que es el nuestro propio. Y, a contemplarla, la mente se para en la Totalidad, el corazón recuerda su sacralidad.  

La Presencia, quietud y paz, que es nuestro estado natural, emergen.